viernes, 26 de septiembre de 2014

Historias de metros - capítulo Roma

La moderna Roma cuenta con 2 líneas del metro que conectan a la ciudad.
Mismas que tienen conexión con la numerosa red ferroviaria que permite llegar a cualquier rincón.



Nuestro hotel se ubicaba cerca de la estación principal de Termini donde conectan la linea A (naranja) y B (azul), realmente estaba a unas pocas calles pero consideramos que nos quedaba mejor bajar en la estación del "Policlínico".



La mayoría de los lugares "turísticos" son accesibles por medio de la línea A, la gran desventaja que tiene el metro es la perdida del paisaje, pero algo se sacrífica en la velocidad y Roma es una de las ciudades que más se disfrutan recorriendo de a pie.



1era lección: "Recorre la ciudad caminando"


Al igual que la mayoría de los servicios de metro en las principales ciudades del mundo, el sistema se ha ido automatizando de forma que para adquirir el ticket solo debes dirigirte a uno de los kioskos automáticos.
En ellos puedes seleccionar el idioma de tu elección y comprar los viajes necesarios en uno o varios tickets. En algunas estaciones y principalmente en Termini, se concentran personas sin hogar que ofrecen ayudarte a cambio de un boleto o una propina, el problema es que muchos de ellos son agresivos y resultan ser carteristas.


2da lección: "No aceptar ayuda de extraños"
Regla perpetua de los viajes



Las estaciones localizadas cerca de los destinos principales, tienen mejor mantenimiento los andenes son visiblemente más limpios que los alejados de la zona centro de la ciudad, en nuestro caso la estación que nos quedaba más cerca fue acumulando unas cuantas botellas de cerveza al costado de las escaleras que al final eran una capa fina de vidrios rotos que pasábamos rodeando con cuidado. La verdad era un tanto tenebroso que terminamos eligiendo el bus que nos dejaba enfrente del hotel.